domingo, 28 de junio de 2009

Vamos como desconocidos que se conocen muy bien.


Se asoman a ti nuevas pulsaciones
cuando en el balcón de los ríos
callejean sus enmarañadas palabras,
y te soplan en el cuello,
se entrecruzan la alborada
y el sueño delirante
nadando, respirando la sangre
que supuran en milagros
los versos, a ras de tierra.
( 8 )
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Taller abisinios Mayo2009
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A tanto silencio,
le bastan unos labios
para ser
.............palabra.
( I )

jueves, 18 de junio de 2009

Condenado... a mirarte desde fuera... y dejar que te tocara el sol


Jueves. Quizá lunes. O tal vez sábado, ya ni sé. Los días son iguales para mí. Las noches son fotocopias unas de otras, gastadas de colores y en continuo claroscuro. El calor… qué importa que no sea el tuyo… me duerme con nanas acompasadas a la lluvia. Tic, tic, tic, tic. Medio respiro de reloj, repetido infinitas veces en una tormenta. Chocando eterno contra los adoquines.
Tic, tic, tic, tic. El repiqueteo del dedo que golpea el cigarro contra un cenicero roto, tras las ventanas. Tic, tic, tic, tic. Y las uñas de un gato negro arañando la ciudad, ahogado en un tejado. Huyendo rápido del agua para esquivar las gotas imantadas que se pegan al pelaje callejero. Y desaparece en las sombras vetustas y grises de la lluvia de este jueves, lunes, o tal vez sábado… nadie sabe.
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( 8 )
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Nada de lo que sucede se olvida jamás, aunque tú no puedas recordarlo.
(El viaje de Chihiro)

sábado, 6 de junio de 2009

...Un tembleque en las pestañas y muy poco tiempo si me dice que ya nos veremos


Las pocas veces que duermes por las noches
ella te arropa y vela en continuo sigilo.
Cuando es ella quien descansa bajo los párpados entornados
tú la despiertas, insolente, con un beso.
Y se queja de cariño sin mirarte siquiera.
Y te devuelve el beso de lejos, y sin labios.

Hay días que arañas
y ella sigue el juego de colores
sonriéndote con pupilas verticales.
Hay mañanas que te despierta,
jugando a cantarle a las palomas
que corren por el tejado.
Hay tardes que la sientes llorar
mientras busca a quienes le arrebataste.
Y las lágrimas se le dibujan permanentes en el rostro
como líneas oscuras con matices egipcios.

En momentos desesperados se deja,
se abandona a sí misma
y eres tú quien la maneja.
Y te permite acariciarla, sin miedo.
Sin reproches.

Pero día a día
es ella la dueña de tus actos.
Sutil, te enreda en su vida
y te dejas domar, como un buen amo.
Y si le apetece dormir, le cantas.
Cuando decide jugar te prestas para que muerda y desgarre.
Si te dice que trabajes…
le escribes con sangre
y firmas con la huella tiznada
que ella plasma allá donde la inventes.
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"Ahí, debajo de las montañas asabanadas, dormitan los maremotos terrenales como los gatos en sus cestas. Esperan una de tus miradas, ni siquiera una protesta por las uñas que se clavan en los enjambres erizados. Sonriendo y sin salir mal parado, el huracán vuela aferrado a los nudos de su espalda. Y rompe la quietud mansa del agua cuando ronronea atigrados maullidos en las lindes de la sabana."