Jueves. Quizá lunes. O tal vez sábado, ya ni sé. Los días son iguales para mí. Las noches son fotocopias unas de otras, gastadas de colores y en continuo claroscuro. El calor… qué importa que no sea el tuyo… me duerme con nanas acompasadas a la lluvia. Tic, tic, tic, tic. Medio respiro de reloj, repetido infinitas veces en una tormenta. Chocando eterno contra los adoquines.
Tic, tic, tic, tic. El repiqueteo del dedo que golpea el cigarro contra un cenicero roto, tras las ventanas. Tic, tic, tic, tic. Y las uñas de un gato negro arañando la ciudad, ahogado en un tejado. Huyendo rápido del agua para esquivar las gotas imantadas que se pegan al pelaje callejero. Y desaparece en las sombras vetustas y grises de la lluvia de este jueves, lunes, o tal vez sábado… nadie sabe.
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( 8 )
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Nada de lo que sucede se olvida jamás, aunque tú no puedas recordarlo.
(El viaje de Chihiro)