lunes, 26 de julio de 2010

Maga

Entonces…
cuando la retama devore los tobillos,
luego las rodillas,
los vientres,
las caderas inertes
de distancia
(y aferre en años,
lustros
pasado mañana)
todo tan lleno de hierba,
tan tibio,
como una infancia tardía
o prematura vejez;
entonces,
¿huirán los erizos?

Caeremos en esmeraldas que son soles
que danzan solos y descalzos.
Tan poco fango
y tantas ciudades.

Buscaremos más arena en los portales
de palabras en negrita.

Talarán muñones autobuses
y una corona de plástico del chino.
O una azotea con luz verde
y amaneceres
y constelaciones.
Con canciones que paren mariposas
como flores horarias.

Dará un vuelco, (la vida)
donde las interrogaciones se meterán en los armarios
y vestiremos calor y sed
y cosas bonitas;
dónde irá la duda
ya con camisa de fuerza:

Nos envidiarán los cíclopes
Hablarán las farolas con las papeleras
Seremos perennes como espinas
Se suicidará el calendario en otro bolsillo.

Sólo será un sueño dulce
durmiendo en un colchón de pinchos.


( 8 )

(La modificaré)

lunes, 19 de julio de 2010

Y en el marcador...


Que no quiero escribir más epitafios
ni agarrones de dolor en el pecho
que no se van ni con cerveza negra,
que salen por los ojos.


Deja en paz a mi madre,
Karma, Dios o quien c*ño seas.
Haz que sonría
que beba
que viaje
que disfrute.
______Déjala en paz.


Ha roto el alma con su
“me estoy quedando sin amigos”
y la sobredosis de realidad
que eso lleva detrás
y delante
de tanatorios repetidos
en menos de un año.


Escondemos la nariz en otros hombros
y la afinidad y empatía nos hunden
y ríes porque mamá ríe.
Y a la inversa el verso
y el verbo
y todos esos atijos de
verano, vermú y cartas,
tantas tartas
y tanto tiempo (des)esperando hoy.


Porque lo sabes,
y ella también lo sabe.
Y espera.

Ha sido una coda
de toda una sinfonía;
almohadas acolchando el final,
rezando que nunca llegue.



Y se acaba.
Y aún no estaban preparados.

( 8 )















Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico.

(Rayuela)

jueves, 1 de julio de 2010

No hay manera.


Qué dolor de pies me entra
cuando intento destrozar vidas
masticar incoherencias
escoger palabras
y un tornillo sinfín de cabezas que agachar.

Ya no sé si oigo mosquitos
o son los gritos que evitó el easy-going
de la caja tonta y los fines de semana.

Puedes llamarme enana
y agarrarme del pescuezo
y torturarme con tus métodos
y todos esos remolinos
que son kilómetros.

O, si no,
digievolucionarán los progres como las madres
y harán guerras de agujeros que no son trincheras,
más bien caprichos.

Llamaremos a todo esto “El diccionario de la Y Griega”
(o cómo hacer castillos con la arena del gato)
y tragar harina,
como cuando se muerde el polvo
o se esnifa coca.


Así, despacito. Sin sentir que duele.
( 8 )
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Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño.