Un amanecer difuso, su brisa evocadora. Un sol naciendo sumiso. Había llegado su hora.
miércoles, 1 de abril de 2020
Y entre nosotros un muro de metacrilato
Tus ojos no se clavan en los míos a través de la pantalla
como lo hacen los del Duero las tardes de domingo.
Ya no sonríes al segundo tick del whastapp
ni te sueltas la coleta los días de invierno.
La subida de la electricidad no hace justicia a las caricias
que se funden por la red como si fuera un limbo nuevo.
Pierden todas sus vocales las palabras
y te las ponen en la boca para que las escupas
y grites y hagas y deshagas
porque tu indiferencia destroza ciudades
de barbacoa y pizza fría del súper
dejando la lengua como el cartón
en el vórtice que torna la juma en resaca.
II
Pero clapclapclap un verso nuevo
ya no suena más a rasgado de un A4
ni a destrozo del corazón que se autolesiona
de rodillas y desnudo sobre la alfombrilla del baño.
No, no es de hoy. Pero no la iba a dejar morir.
Lunes, 03 de diciembre de 2012, 17:01:21
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