Duerme, vida, duerme. Chantajea al mecanismo del reloj para que te dé los minutos que le sobran. Descansa hasta afianzar el rostro, hasta que se pierdan en el baúl las máscaras de carnaval. Duerme por lo tuyo, por lo mío, por lo nuestro.
Sólo déjate llevar como se dejaría la que ayer fuiste tú, a la que le prestaste el nombre. No le tengas miedo a lo oscuro, en las sombras viven los buenos héroes. Agujeros en el tronco de un árbol y los brazos que te acunan a su vera.
Luciérnagas maduras iluminan
de tu cara la estela que abandona la risa
hacia un camafeo
cuando por tu camisa
se abre paso Morfeo.
Tú no jugabas para no perder, yo hacía trampas para no ganar.
3 comentarios:
El final hay que arreglarlo chica :S
No suena nada natural... es como un paso obligatorio... forzado para encajar.
El resto del texto está bien, turbio, inquieta... aunque los haces mejores^^
Es importante avanzar tmbn^^
Nos vemos, sigue así.
El rock and roll de los idiotas... Se marcó la calle con aquel detalle de dejarnos solos...
Me ha gustado mucho lo que escribes. Te espero en mi blog.
David.
Abrazos.
Me encanta Sabina, y entre estos días le dedicaré un poema en mi blog. Estás invitadoa.
DAVID.
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